lunes

Tú, Narciso


Hemos de ver en la mirada profunda de un estudiante, su afán de grandeza, he querido alabarlo por esa virtud, la pasión de sus letras. En su discurso hallé su vehemencia. Sí, porque aunque haya sido una vez, aunque fuera en la lejanía, aquel muchacho que muchos desprecian por no conocer ese lado tan encantador que he visto. Suantipatía choca en infernal contradicción con su belleza interior, no podría describirlo, mi palabra metafórica ha caducado ¿Qué nos impide acercarnos? ¿Por qué mi pensamiento lo mantiene con cautela no amorosa, sino que en exuberante curiosidad? ¿Qué podría enseñar, más allá de las materias y ramos, en un ámbito más humano y antropológico? ¿Cómo alabar el talento que sabe que tiene? ¿Servirán esta torpe palabrería de aficionada y cinéfila? Recuerdo esa atroz intelectualidad en la película Una Mente Brillante, sin embargo, dudo que llegue a tal grado de amorío sexual con su estudio filosófico «Me surge una especie de DéjàVu en este instante», el orgasmo que suceda en su anatomía y fisiología humana, es un misterio envuelto en celofán de un azul opaco. Tal vez su brillante intelecto es solo la escafandra para contener ese ímpetu tan feroz que sólo se desenvuelve en la objetividad de un ensayo, como sucedió con su discurso, como lo sentí en aquel viejo y reverencial podio ¿Qué más se le puede pedir a un narciso en un campo lleno de múltiples colores de fluorescente terciopelo?

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