domingo

Imitando a las respuestas concretas


¿Cuándo el invierno perdió su belleza? ¿Cuándo le perdimos la vista a la magia? El viento sopla, y a veces es una molestia. La lluvia cae, y a veces quisiera imitarla, desvanecerme grácilmente entre árboles, flores y agua ¿Cuándo murió esa inocencia, que suele tenerse cuando la infancia llama, esa que el rostro pequeño despide sin remordimientos, la que suele compartirse cuando el corazón se ilusiona? ¿Por qué no sabemos quienes somos? Ni la Antropología puede suponerlo, mas, alguna metáfora puede adivinar... Sí, porque mientras caminamos; sí, porque mientras la vida va pasando, todos los días encontramos una parte de esa colección, de ese collage ¿Por qué luchamos contra la muerte? Los melancólicos versos de un poeta callejero, sentado con su cigarro al borde de un caudal, quieren advertirnos con dulzura casi diabética que, aunque pasemos por alto que debemos comprender, que aunque sea inevitable, las alas de ese ángel rotundo llegan y que con suavidad mortal, se llega a asemejar, a la inesperada lluvia de un día de Enero, como el suplicio en una corta tarde de Otoño poético, cuando te recuerdo sin siquiera expectar ¿Por qué tus ojos no he de dejar de mirar? Si pudiera sonreír antes que el llanto se agolpe en la comisura de mis ojos, empapando mis pestañas, que esas lágrimas se hagan inminentes... tomaría mi bicicleta para hallar la solución a las mil interrogantes que se acumulan como las palabras perdidas de intelectuales confundidos entre una definición, un libro, una explicación y un poema hecho canción: "If death is the answer to love's mysteries, then bleed on my darling to the sound of a dream". Que el corte audaz se haga presente entre las muñecas desgastadas, que se marchite hasta la flor más pequeña, que hasta el suicida menos convencido se arroje al vacío, para saberse resuelta la pregunta cruel ¿Por qué hemos de preguntar sin evitar responder con simples cabos sueltos, vacíos llenos de angustia, para llegar a la obviedad de que no hemos de dilucidar nada en lo absoluto? Estas palabras tan agrias, tan llenas de un acosador terror, como sujetos que somos tratamos de responder, pero sólo somos experimentos fallidos caídos por alguna consecuencia atroz, que vagamos sin sentido por un mar de contradicciones y desilusiones, amores, pasión, amistades, conflictos y miedo... miedo lleno de exuberancia. Extraño parece, singular y destructivo ¿Por qué he de ver felizmente este negativismo que he planteado sinceramente en estas pocas, y aún, largas palabras? ¿Será que la locura ha llegado al fin a mi pobres 18 años de edad? Sin fin, la explicación seguiría eternamente, con mucha tempestad, ahogándome para siempre entre estas interrogantes, que sabemos, no tienen respuestas... si sólo tal vez dejáramos de buscar... no obstante, no seríamos humanos-hombres-animales-racionales.
(Fragmento de El Cuento en Prosa por Lola Pacheco)

No hay comentarios:

Publicar un comentario